En las cocinas industriales, donde el uso de gas licuado del petróleo (GLP) es habitual, la instalación de sistemas de detección adecuados es una obligación técnica y de seguridad. Los detectores GLP cocinas desempeñan un papel esencial para prevenir accidentes, fugas y riesgos de explosión, especialmente en espacios cerrados donde la ventilación puede ser limitada. En este artículo te explicamos cómo, dónde y por qué deben colocarse, siguiendo los criterios técnicos aplicables y las mejores prácticas de instalación profesional.

¿Qué es el GLP y por qué se necesita un detector?

El gas licuado del petróleo (GLP) es una mezcla de propano y butano, ambos más pesados que el aire. Esto significa que, en caso de fuga, el gas tiende a acumularse en la parte inferior del recinto, desplazando el oxígeno y aumentando el riesgo de inflamabilidad.
Por este motivo, los detectores GLP cocinas deben colocarse a baja altura, garantizando que la detección sea inmediata antes de que el gas alcance concentraciones peligrosas.

El principio de funcionamiento se basa en sensores que reaccionan ante la presencia de gas en el ambiente. Cuando se supera un umbral de concentración —normalmente el 10 % del límite inferior de explosividad (LIE)—, el detector emite una alarma y puede activar la ventilación o cortar el suministro mediante una electroválvula.

Ubicación correcta de los detectores GLP en cocinas industriales

La normativa española (UNE 60670-10 y recomendaciones de fabricantes certificados) establece una serie de criterios sobre la posición y número de detectores GLP según el tipo de cocina y su tamaño.

1. Altura y orientación del sensor

El detector debe instalarse entre 20 y 30 cm sobre el suelo, en una pared cercana a las posibles fuentes de fuga —como botellas, colectores o válvulas—, pero nunca directamente sobre ellas.
Es importante evitar rincones, armarios o zonas cerradas, ya que el gas puede acumularse sin alcanzar el sensor.

2. Número de detectores por superficie

En cocinas industriales grandes, la regla habitual es un detector por cada 25–30 m², aunque en zonas con mayor concentración de gas (por ejemplo, áreas con varias cocinas o líneas de fritura) se recomienda instalar más de uno.
El objetivo es cubrir toda la superficie donde el GLP pueda acumularse.

3. Distancias recomendadas

Para garantizar la detección temprana:

• Entre 1 y 4 metros de las fuentes de emisión.
• A más de 50 cm de elementos que generen calor o vapor (freidoras, hornos, planchas).
• En lugares de fácil acceso para mantenimiento y prueba.

4. Evitar interferencias

Los detectores GLP cocinas no deben instalarse en zonas con corrientes de aire intensas o extractores que puedan dispersar el gas antes de que llegue al sensor.
Tampoco deben estar expuestos a grasa o humedad directa, por lo que el grado de protección IP debe ser adecuado (mínimo IP65 en entornos industriales).

Integración en sistemas de seguridad

Un sistema de detección completo no se limita al sensor. En cocinas industriales, el detector debe estar conectado a una electroválvula automática y, en algunos casos, a un sistema de ventilación forzada que se active de forma inmediata.

La configuración mínima incluye:

• Detector GLP instalado a baja altura.
• Electroválvula en la línea de gas para corte automático.
• Sirena o alarma luminosa visible en el área de trabajo.
• Ventiladores o extractores conectados al sistema.
• Central de control que permita visualizar el estado y registrar incidencias.

En Normagas, especialistas en detección y control de gases, diseñamos instalaciones personalizadas que cumplen las normativas y garantizan el correcto funcionamiento de todos los componentes. Además, ofrecemos instalación y mantenimiento de equipos de detección de gas en cocinas industriales, laboratorios y garajes.

Mantenimiento y pruebas periódicas

Un detector sin mantenimiento pierde precisión con el tiempo. Los sensores catalíticos o infrarrojos tienen una vida útil media de 5 a 7 años, y deben revisarse al menos una vez al año mediante gas patrón.

Las tareas básicas de mantenimiento incluyen:

• Limpieza del sensor y verificación de alimentación.
• Pruebas funcionales con gas controlado.
• Revisión de conexiones y cableado.
• Comprobación de la electroválvula y sistemas de alarma.

Un programa de mantenimiento certificado asegura que los detectores GLP cocinas respondan de forma fiable ante cualquier incidencia.

Errores comunes de instalación

❌ Colocar el detector demasiado alto

El GLP se acumula en el suelo. Si el sensor está a más de 50 cm, no detectará concentraciones bajas.

❌ Instalarlo detrás de mobiliario o dentro de armarios

El gas no circula libremente, y el sensor puede quedar aislado del flujo de aire.

❌ Ignorar la ventilación natural

Aunque haya detectores, la cocina debe contar con renovación de aire permanente para evitar acumulaciones peligrosas.

❌ No realizar calibraciones

Los sensores envejecen. Sin revisiones anuales, la lectura puede desviarse hasta un 20 %.

Conclusión

Los detectores GLP cocinas son un elemento de seguridad obligatorio en instalaciones industriales que utilicen gas licuado. Su eficacia depende de una ubicación correcta, calibración periódica y mantenimiento adecuado. Una mala colocación o una falta de revisión puede comprometer la seguridad del personal y las instalaciones.

En Normagas, contamos con técnicos especializados que garantizan la instalación, integración y mantenimiento profesional de sistemas de detección de gas GLP conforme a las normas más exigentes del sector.